santiago de chile: el salón cívico de la ciudad racionalista...


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MATERIAL GRAFICO DE USO RESTRINGIDO

 

The architecture of the central areas

La arquitectura de los lugares centrales

The presence of the austrian architect in Chile Karl Heinrich Brunner -between 1929 and 1934-  introduced an inflection in the french manners and ways in the practical use of southamerican urbanistic, of the first decades of the XXth century. It also allowed to incorporate modifications in the proper chilean practice, even those fulfilled years of planimetric and geometrical proposals, and with an exagerated arterialistic vision of others. But, all of these were far away from a morphological proposal that would allow, at least, to think of a city from its architectural configuration. Of all of them, the improvement plan formulated by Benjamin Viicuña Mackenna in the long gone 1872, is the only one of these documents that executes in partial form some of the main proposals: the prosecution of the Mapocho and construction of drainage and irrigation canals, opening of brick streets, creation of the urban park of the Santa Lucia Hill and of neighborhood plazas, and construction of school and sanitary equipment and other acts.

From Vicuña Mackenna on, the tranformation projects were many and varied. Although some- such as the ones formulated by the architect Carlos Carvajal Miranda were about to be executed, all of them can be understood as intellectual exercises, seeing as their proposals were not able to constitute conceptual support of future activity, that will not be developed by the idea of K.H. Brunner.

The performance of Brunner in the american city pays fundamental attention to the behavior and the repercutions that register his ideas, urbanistic proposals and installations about the city already built. In the practice, Brunner considers a bigger relevance the results and balances reached by the transformations in the new resultant sceneries, than the proper formal signs isolated ever, by these acts. We will never find in Brunner's speech a situated proposal in a traumatic intervention, making the existent tabla rasa, in the style by which those years applied to the summarized plans by representatives of the Modern Movement (Le Corbusier, Hilberseimer and others). We will also not see in his work the animalistic sense that is posible to find in the french urbanistic of the ultramar (formulated by H. Prosty D.A. Agache, mainly) more interested is westernizing the colonial city than paying attention to the proper cultural elements of the area.

To take forth this attent practice with the dialogue between the existing support and the proposal to be inserted, Brunner identifies key pieces in which to install acts that reaffirm the preexistent morphologic attrributes that give appropriate place to the new functions derived from the proper modernization of the urban life.

The presence of an architecture building (The Moneda Palace, for example) constitutes a factor of centrality and articulation of these key urban pieces and the expansion of the surrounding space, through the liberation of the neighbor volumes, and the creation of built masses coherently built with that centrality, are the attributes chosen to design morphologic signs of the architectonic structure of a central area. Aspects which had been considered years before in a reflection about the architectonic ideas of the venecian hofe.

Brunner considers that the line in square, similar to the other american cities of colonial origin; is the primary condition to make sure the morphologic structure of Santiago de Chile presents an architectonic character. This way Brunner opens the colonial tissue of Santiago to create new centralities ans axis relationships,assigned to the public space a compositive protagonism in the morphology of the city.

This new conception of the spatial organization, through an architectonic reasoning of public space, also allows to diminish the rigid monotony that the square imposes and the long rural roads transformed into urban arteries. The opening of diagonals, complementary to the basic structural variation restrengthens the articulation of the fragments of the built tissue, through its triangulation and functioned connection with the republican widening of residential nature. It is not a turned over triangulation, but the use of diagonals is planted to reforce a centrality. Later in a proposal for the Civic Neighborhood, the example architecture buildings build the visual limits of institutional axis. jonás figueroa ©

La presencia en Chile del arquitecto austríaco Karl Heinrich Brunner  - entre los años 1929 y 1934 -  introdujo una inflexión en los modos y en los estilos a la francesa al uso en la práctica urbanística suramericana, de las primeras décadas del siglo XX. También, permitió incorporar modificaciones en la propia práctica chilena, hasta esos años colmada de propuestas   planimétricas y  geometrizantes, unas, y con una exagerada visión arterialista, otras. Pero, todas ellas se encontraban lo bastante lejos de una propuesta morfológica que permitiese, al menos, pensar la ciudad a partir de su configuración arquitectónica. De todas ellas, el plan de mejoras formulado por Benjamín Vicuña Mackenna, en el ya lejano año de 1872, es el único de estos documentos que ejecuta en forma parcial algunas de sus principales propuestas: encauzamiento del río Mapocho y construcción de canales de saneamiento y riego,  apertura de calles tapiadas, creación del parque urbano del cerro Santa Lucía y de plazas de barrios, y construcción de equipamiento escolar y sanitario, entre otras actuaciones.

De Vicuña Mackenna en adelante, los proyectos de transformación fueron muchos y variados. Aunque algunos  -tales como los  formulados por el arquitecto Carlos Carvajal Miranda-  estuvieron a punto de ser ejecutados,  todos ellos pueden ser entendidos só³lo como ejercitaciones intelectuales ya que sus propuestas ni siquiera constituyeron  soportes conceptuales de la futura actividad,  que se desarrollará¡ a partir de la llegada de K.H. Brunner.

La actuación de  Brunner en la ciudad americana presta una atención primordial al comportamiento y las repercusiones que registran sus ideas, propuestas e instalaciones urbanísticas sobre la ciudad ya construida. En la práctica,  Brunner considera de mayor relevancia los resultados y equilibrios alcanzados por las transformaciones en los nuevos escenarios resultantes, que los propios signos formales aislados que surgen por estas actuaciones.  Nunca encontraremos en  el discurso de Brunner una propuesta asentada en una intervención traumática, haciendo tabla rasa de lo existente, al estilo de las que por aquellos mismos años postulaban los planes redactados por representantes del Movimiento Moderno (Le Corbusier, Hilberseimer y otros). Tampoco observaremos en su obra el sentido terminalista que es posible encontrar en la urbanística francesa de ultramar (formulada por H. Prost y D.A. Agache, principalmente), más interesada en occidentalizar la ciudad colonial que en prestar atención a los elementos culturales propios del lugar.

Para llevar adelante esta práctica atenta con el  diálogo entre el soporte existente y la propuesta a insertar, Brunner identifica piezas claves sobre  las cuales instalar  actuaciones que reafirmen los atributos morfológicos  preexistentes  y den lugar apropiado a  las nuevas funciones derivadas de la propia modernización de la vida urbana. 

La presencia de un edificio de arquitectura ejemplar (el Palacio de la Moneda, por ejemplo), constituye un  factor de centralidad y de articulación de estas piezas urbanas claves. La dilatación del espacio envolvente, mediante la liberación de los volúmenes vecinos, y la creación de masas construidas coherentes con esta centralidad, son los atributos elegidos para configurar nuevos  signos  morfológicos de la estructura arquitectónica de un lugar central. Aspecto que KHB ya había considerado años antes en una reflexión sobre los aportes arquitectónicos de los hofe vieneses. Brunner considera que el trazado en cuadrícula, similar al que presentan otras ciudades americanas de origen colonial, es la condición  primordial para lograr que la estructura morfológica de Santiago de Chile presente un carácter arquitectónico. De esta manera,  Brunner abre el tejido colonial de Santiago para configurar nuevas centralidades y relaciones axiales, asignando al espacio público un protagonismo compositivo en la morfología de  la ciudad.

Esta nueva concepción de la organización espacial, mediante un razonamiento arquitectónico del espacio público, permite, además, atenuar la rígida monotonía que impone la cuadrícula y las largas vías rurales transformadas en arterias urbanas. La apertura de diagonales, complementarias de la estructura viaria básica, refuerza la jerarquización de los fragmentos del tejido construido, mediante su triangulación y conexión funcional con el ensanche republicano de naturaleza residencial. No es una triangulación volcada a si misma, sino que la utilización de diagonales se plantea para reforzar una centralidad. Posteriormente, en una propuesta para el Barrio Cívico, los edificios de arquitectura ejemplar constituirían los remates visuales de los ejes institucionales. jonás figueroa ©

 

 

jonas figueroa salas