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1. escena secreta de una ciudad |
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Un lunes cualquiera de febrero antes de carnaval, Venecia nos parece demasiado gris para aventurarse por entre sus pliegues húmedos. Venecia hay que vivirla a pleno sol, con poca ropa y ganas de meterse la ciudad en el cuerpo. Con nubes y frío la ciudad pareciera encogerse, enrollarse en si misma, ocultando sus mejores brillos en los canales. Por eso, hoy es el día para ir tierra adentro, yendo a la búsqueda de la obra de Andrea Palladio, uno de los principales arquitectos del Renacimiento italiano. En estas latitudes, decir Palladio es decir Vicenza, una ciudad de bolsillo de unos 80 mil habitantes situada entre Venecia y Verona. Para la historia, decir Palladio también es apuntar a las raíces de la arquitectura neoclásica inglesa y norteamericana. Este lunes, Vicenza se encuentra de cortinas y puertas cerradas en las tiendas y en los museos, con calles habitadas sólo por los clérigos, los funcionarios y las palomas. A su modo y empeño, cada uno de estos personajes actúa anónimamente en la escena secreta de una ciudad, vetada para el visitante que como yo llega de ultramar. |
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2. basílicas y palacios |
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La mañana tiene silencios largos, que se rompen de vez en cuando por los ecos de una lluvia que nos obliga a refugiarnos en los pórticos de la calle principal. Vicenza es una ciudad de una sola calle, el corso Andrea Palladio. Todas las demás, son atajos de subida y de bajada para encontrarse de improviso con la obra de este arquitecto del milquinientos, repartida a lo largo y ancho del casco antiguo. A un lado se encuentran los palacios y al otro, las basílicas o solamente la Basílica palladiana. Si Ud. tiene la oportunidad de visitar la ciudad, tome la calle mayor y a la cuarta bocacalle tuerza a la derecha. Ahí se encontrará a bocajarro con una poderosa nave medieval de ladrillos, encallada sobre el pavimento de piedras de la Piazza dei Signori y atrapada por las redes de mármol que el Palladio tejió como una columnata doble, transformándola en uno de los principales ejemplares civiles de la poética arquitectónica de Vicenza. Este Palazzo della Ragione, más conocido como la Basílica, será el punto de partida para ir por una ciudad construida al alero de un autor. |
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3. arquitectura a secas |
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Aunque los entendidos consideren otras obras como las de mayor poderío, Palladio nunca dejará de amar la Basílica, su primer encargo profesional en solitario, que le permitió hacer el tránsito desde el oficio juvenil de cantero al de arquitecto. Arquitecto a secas, en un tiempo que para ejercitar la arquitectura había que ser pintor o escultor, tal como lo fueron en su momento y a su manera Miguel Angel y Bernini. En el Teatro Olímpico situado en la plaza Matteotti, o en la Loggia Valmarana podríamos palpar la genialidad del maestro. Pero, para encontrarse con las pausas y silencios imprescindibles para paladear la belleza, es necesario meterse entremedio de los pórticos de la basílica de Vicenza. La arquitectura de la Basílica es una oportunidad para resolver, desde los órdenes clásicos, las cuestiones técnicas que plantea la integración con un edificio existente de construcción irregular. Pero, también es la demostración fehaciente que le permite anunciar que ya estaba listo para emprender el viaje en solitario, lejos de la perplejidad de sus maestros. |
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4. perforar el espacio |
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Los edificios anteriores a la Basílica –el palacio Thiene, por ejemplo- exhiben un marcado hermetismo en su disposición interna, dejando en el almohadillado de los muros todo el peso de la relación con la calle. De allí en adelante, Palladio se hace de habilidades que le permiten conferir a las fachadas nuevas espesuras de luz y sombra, mediante la incorporación de la columna clásica en la arquitectura residencial y la asignación de un papel al vacío que antecede al hecho arquitectónico. En el palacio Valmarana, situado en el corso Fogazzaro, el arquitecto propone el predominio de los vanos remarcados por pilastras, con el fin de generar una permeabilidad que retranquee el plano frontal y así superar el volcamiento visual del volumen sobre una calle sumamente estrecha. Con el mismo argumento, Palladio plantea en el palacio Chiericcati una galería aporticada doble con el objetivo de apropiarse de una espacialidad urbana altamente culturalizada. La buena arquitectura es un oficio de soledades, un tránsito por la intemperie de las muchas resoluciones que plantea su construcción. |
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5. patrimonio de la humanidad |
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El núcleo histórico de la ciudad, que se emplaza entre los ríos Bacchiglione y Retrone, aloja una parte importante de la obra civil de Palladio. Si Ud. toma la calle del Monte junto a la Loggia del Capitaniato, dejará atrás la Basílica para encontrase con los palacios. Más hacia el norte están los palacios Thiene y Barbaran. Un poco más lejos, casi en las puertas del núcleo antiguo, los palacios Bonin Longare y Porto Breganze. En este último comparece el orden columnar colosal, aplicado por el maestro en las iglesias venecianas. A diferencia de las arquitecturas ya acabadas, gran parte de los edificios palladianos despierta la emoción de las obras aún por terminar. Ello abre la oportunidad para que Ud. y yo, elípticamente, participemos en la construcción definitiva. Otras ciudades de la península tienen un mayor repertorio de ejemplares arquitectónicos. ¿Qué podríamos decir de Roma, Florencia y Venecia que ya no se haya escrito?. Vicenza sólo tiene a Palladio y su arquitectura, y nada más. Para qué más, si con ello le basta para ser considerada patrimonio de la humanidad. Jonás Figueroa, 2002. |
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http://urbanismo.8m.com |
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basílica palladiana |
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palacio chiericati |
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palacio bonin - longare |